NAVEGANDO LA INTRA COASTAL WATERWAY. DE SEBASTIAN CITY A STUART CITY.

17 de diciembre de 1997.  Zarpamos a las 07:52 con cielos despejados y con un sol brillante. Habíamos planeado navegar de nuevo cerca de 60 millas lo que nos podría tomar cerca de 7 horas plus. Salimos del slip con un poco de aprensión porque estábamos en baja marea y el sonar identificaba profundidades de 4 a 5 pies. Desde Titusville la ICW mostraba una serie de bajos lo que nos obligó a poner mucha atención en el sonar, los markers que estaban a la vista y los que estaban en la carta.

ICW STUART

Nuestra ruta al sur nos hizo ver cuán grande es el estado de Florida y cuan larga es esta península. En el ranking de estados es el 22 más grande. Su superficie es de 54.252 millas cuadradas, su largo es de 447 miles si se va por tierra desde Jacksonville a Key West el largo es 503 millas. En la costa del este el ferrocarril y la carretera principal (Ruta 95) van paralela a la ICW. Lo más admirable es la gran cantidad de balnearios, marinas, restaurantes y lugares de recreación a lo largo de la ICW y de las playas. Una enorme inversión del sector privado en la industria del turismo. A medida que avanzábamos al sur estos desarrollos eran más grande y en progreso.

La navegación nos hizo pasar por varios pueblos y sus respectivos puentes que los conectaban con la costa del atlántico y sus playas. La ICW continuaba yendo por el India River. En este segmento la ICW culebrea entre varias islas y pasa encuentros con riachuelos. Hay varias marinas en ambos lados de la ruta y algunos fondeaderos. Las aguas a los costados son bajas y afectas por las mareas. Pasamos Wabasso, Winter Beach Vero Beach, Riomar, hasta llegar al rio St. Lucie donde se encuentra Stuart.

ICW STUART 2

En Stuart nos quedamos en la Northside Marina. Una hermosa marina que nos ofrecía todos los servicios que necesitábamos.  Tuvimos cuidado en navegar en esta zona pues las advertencias decían que la ICW es estrecha y tiene corrientes a pesar de que sus mareas son de no más de uno y medio pies. El problema principal eran los barcos pesqueros deportivos que se movían a altas velocidades en estas aguas aun cuando estaba prohibido. Dejaban una poderosa estela que si no se tenía cuidado podía empujarnos fuera del canal y quedar embancados. Afortunadamente nada de esto tuvimos que superar para llegar a nuestra marina.

 Habíamos leído bastante acerca de esta ciudad y de su parte histórica que ofrecía una gran variedad de tiendas de antigüedad, galerías de artes, restaurantes, tiendas, farmacias, etc.  Stuart, decía la guía, es un centro de pesca deportiva tanto en barcos propios como de arriendo, dentro de la bahía como mar afuera. También es un área que ofrece construcción, mantenimiento y reparación de embarcaciones en varios astilleros, especialmente de barcos de pesca.

Nosotros solo caminamos por la marina admirando las embarcaciones de todo tipo que se acogían a su cuidado. A la distancia observamos otras marinas. Todas llenas de embarcaciones especialmente al llegar el invierno cuando llegan los capitanes y sus tripulaciones con sus barcos cruceros de todo tipo rumbo a lugares donde pasar el invierno en el sur. Son los llamados “pájaros de invierno” por los habitantes de Florida.

ICW STUART 3

Siempre me ha atraído el deambular por las marinas admirando, estudiando, soñando, impresionándome, con la belleza y característica de todas estas embarcaciones especialmente veleros con sus envergaduras de violín.

Casi todos, a pesar de su soledad, típica de las marinas donde casi nunca se ven muchas personas, me dicen algo acerca de sus capitanes: la calidad de las amarras, la limpieza de sus cubiertas y los costados del casco, el orden de todas las líneas abordo, la selección de anclas y rodas, las luces de posición, las antenas que acusan la disponibilidad de instrumentos electrónicos, detalles del puente, detalles del mástil y las velas recogidas en las botavaras, la calidad de las conexiones a tierra de agua, electricidad, cable para computadores y televisión, los botes auxiliares (dinghies) y su acomodación a bordo, las parrillas para los asados, flores en maceteros, mesas y sillas en los puentes y tantas otras cosas que hablan de su humanidad: cocteles abordo con invitados y vecinos, conversaciones en los puentes, los sueños y ensueños de sus capitanes y compañeras de estar realizando un estilo de vida largamente añorado.  Esta es una forma que me permite gozar de la estética que ofrece el navegar y de aprender por medio de la observación y las conversaciones.

Después de acomodar Manatee en su slip descansamos por un rato en la cabina. Había sido una larga travesía de siete horas, que requirió poner mucha atención a pesar de que en alguna forma fue también algo tediosa. Estábamos curiosos y excitados pues el segmento que seguía era cruzar el lago Okeechobee lo cual se hacía usando un canal en dirección al centro de Florida y esclusas en ambos lados. Nos había tomado 6 semanas llegar a este punto en el cual cambiamos rumbo al oeste en vez de seguir al sur.

Después de un largo rato fuimos al restaurant que estaba sobre la marina donde tuvimos un excelente almuerzo. Teníamos una hermosa vista al rio St. Lucie y de las marinas. De vuelta en nuestra embarcación comenzamos a intercambiar ideas acerca de la posibilidad de pasar la Pascua en Sarasota. Habíamos desechado esta posibilidad debido a las demoras que tuvimos en St. Augustine y luego en Titusville debido al mal tiempo. Pero de una forma u otra habíamos logrado ganar tiempo y ahora en Stuart City parecía nuevamente una idea factible. El plan era navegar un poco más millas todos los días. Chequeando las cartas náuticas y la guía de navegación determinamos nuestras próximas paradas hasta llegar a Sanibel en la costa del Golfo de México.

Mas tarde revisé todos los niveles, agregué aceite a los motores, llené los estanques de agua potable, lo mismo hice con los estanques de diésel. Lo más importante es que hicimos un bombeo a los estanques de alcantarillado (pump-out).

En esta oportunidad fuimos testigos de una pelea verbal entre un hombre y una mujer que parece que vivían en un barco crucero bastante grande. La mujer con un bebe en los brazos estaba llorando, diciendo que había llegado tarde porque estaba trabajando.  El hombre tenía todas las ropas de la mujer en una bolsa plástica y la estaba llevando al auto de ella.  Algo inusitado, no esperado encontrar en una marina donde se supone que todo es alegría y recreación. Una escena muy triste, que deja una angustia a los que observan una situación como esta.

                Finalmente nos retiramos por el resto del dia a nuestra cabina.