NAVEGANDO POR LA INTRA COASTAL WATERWAY. PRÓLOGO

PALABRAS PREVIAS

     Decidimos escribir acerca de nuestro viaje por este gran canal del este de USA por varias razones siendo la primera la oportunidad que nos ofreció a mi esposa (Bárbara) y a mí de evaluar cuidadosamente todo lo que hicimos antes, durante y después de este viaje. Conversamos y recordamos con cariño los agradables momentos que pasamos navegando durante 56 días (entre octubre y diciembre de 1997) en esas aguas. La revisión de fotos, mapas, notas de viaje, bitácoras, libros guía y cartas náuticas ayudaron a refrescar nuestra memoria.

     Esa extraordinaria y hermosa experiencia nos ha motivado a ofrecerla a todos los que tienen un espíritu de aventura y una inclinación marinera. Nuestra conclusión es que   cualquier persona de ingresos medios y cierta disponibilidad de tiempo pueden hacerlo sin problemas. Es una oportunidad ideal para un matrimonio o pareja.   Lo más probable es que a esta altura (agosto 2017) ya debe haber muchos baby boomers (personas nacidas aproximadamente entre 1945 y 1965) retirados y surcando las aguas de la ICW.

     Lo que se necesita como mínimo es una embarcación de 26 pies, de preferencia a motor, en buenas condiciones.  Si usted es americano o residente y tiene una embarcación de este tipo no deje de hacerlo. Muchos navegantes lo hacen en veleros con motor, solo tienen que tomar más precauciones debido a que las profundidades mencionadas en la carta han variado debido a situaciones climáticas.  Por otra parte, las alturas de los mástiles limitan la navegación cuando hay que navegar bajo o a través numerosos puentes como es el caso de la ICW.

     Nosotros lo hicimos en una embarcación más grande, un trawler de 36 pies. Hoy día creemos que se puede hacer sin mayores dificultades dada la facilidad de navegar con la ayuda de cartas y programas de navegación digitales, las excelentes comunicaciones que ofrecen los teléfonos inteligentes (smart phones) y la gran variedad de servicios que están disponible en marinas y pueblos a lo largo de la ruta.

     Obviamente se requiere que usted tenga conocimientos náuticos mínimos y alguna experiencia en navegar una embarcación de este tipo. En USA existen muchos cursos en el internet que le dan esos conocimientos, además le permiten tomar un test y obtener una licencia.  Una institución que lo puede ayudar mucho es la United States Power (and sail) Squadrons (USPS). Esta institución tiene capítulos en casi todas las ciudades de USA donde existen facilidades de navegación deportiva.

     Uno de los objetivos de la USPS es educar a los capitanes-dueños de este tipo de embarcaciones y sus tripulaciones. Si tiene oportunidad tome sus cursos. Estos van desde los más básicos e introductorios a la navegación deportiva hasta los más complicados pasando por cursos de pilotaje, navegación costera y de altura o celestial, meteorología, comunicaciones, mantenimiento de motores, planificación de cruceros, navegación a vela, etc.

     Usted necesita solo dos o tres cursos de navegación básica, los cuales son fáciles de asimilar y no son muy caros.

   En los años siguientes a este crucero hemos viajado por tierra entre Florida y Washington DC muchas veces, siempre aprovechando la oportunidad para visitar algunos de los lugares a los cuales llegamos con nuestra embarcación.  Así hemos mantenido actualizados los detalles del crucero en nuestra memoria.

     Si dispone de los recursos no dejen de hacerlo. La experiencia les dará momentos de vida llenos de colores, sabores, retos y oportunidades de conocer esta maravillosa avenida acuática que los va conectando con la historia de este país a medida que avanzan visitando pueblos y ciudades, casi todas históricas (Baltimore, Annapolis, Norfolk, Savannah, Charleston, St. Augustine, Miami, etc.), en las cuales se pueden quedar por algunos días explorando. Además, irán gozando de la vista de todo tipo de embarcaciones, campos, bosques, lagos, mansiones, casas y marinas que se van pasando durante la navegación y en general a la flora y fauna que es muy generosa a lo largo de esta ruta.

     Finalmente debo agregar que escribir este relato (veinte años después) de nuestro crucero nos permitió volver a hacerlo, esta vez en nuestra imaginación, virtualmente, ayudados por fotos, notas, libros, cartas náuticas y el internet.

     Esperamos que estos artículos los entretengan y los estimulen de la misma forma como el escribirlos ha sido para mí.

José Antonio Garnham Mahan

Washington DC,  septiembre, 2017