NAVEGANDO POR LA INTRA COASTAL WATERWAY. DE VENICE CITY YACHT CLUB A MOORING MARINA EN LONGBOAT KEY, SARASOTA CITY.

23 de diciembre de 1997. Zarpamos del Venice Yacht Club a las 10:05.  Cruzamos el estrecho que comunica las bahías interiores con el Atlántico con cuidado pues produce corrientes que pueden ser severas.  Estas corrientes nos acompañaron hasta el primer puente en el cual tuvimos que esperar hasta que se abriera en su horario. La corriente en este estrecho canal bajo el puente es fuerte y no hay mucho espacio para maniobrar, pero no tuvimos problemas aparte del nerviosismo habitual.

ICW SARASOTA

Seguimos la ICW que deja el Casey Key a babor. Estos keys son muy hermosos y poblados con hermosas casas y jardines. Aquí también nos encontramos con una familia de delfines que hicieron sus gracias alrededor nuestro por un rato.

Pasamos varios otros puentes antes de llegar a Sarasota. Las vistas de las costas eran impresionables por las mansiones y embarcaciones que estaban en sus muelles. Finalmente dejamos la ciudad de Sarasota a estribor.  Hermosa y elegante ciudad con algunos edificios altos en el frente y la vista de la famosa Marina Jack que después seria nuestro punto de reunión y de caminatas por sus muelles y parques.

Pasamos el último puente de esta travesía, el cual une la ciudad con los keys:  St. Armand (donde estaba ubicada nuestra casa), Lido Key y Longboat Key donde estaba ubicada nuestra marina. Llegamos a Moorings Marina a las 13:20, fin del viaje. Esta es una marina para embarcaciones grandes, muy bien instalada, con todos los servicios imaginables y rodeada de bellos jardines, canchas de golf y vecindarios de casas y edificios de apartamentos de gran calidad.

            En la marina nos estaban esperando los mismos amigos del día anterior en Venice Yacht Club y otro matrimonio amigo de nuestra época en Washington DC, que se habían retirado en esta ciudad.  No tomó mucho tiempo hacer el papeleo que exigen las marinas.  De allí nos fuimos al lugar de estacionamiento donde habíamos dejado nuestro Toyota Camry después de un viaje especial que hicimos antes de salir de Maryland a fin de disponer de un medio de transporte cuando llegáramos a Sarasota. Con los dedos cruzamos lo hicimos partir y el auto partió como si lo hubiéramos dejado allí el día anterior.

            Le reiteramos a la administración de la marina que teníamos que quedarnos viviendo en nuestra embarcación por un tiempo mientras esperábamos que venciera el contrato de arrendamiento que teníamos con nuestra casa en St. Armand.  Lo que hicimos por dos meses, pero finalmente decidimos arrendar un apartamento para vivir los otros cuatro meses que necesitábamos para recuperar nuestra casa. El periodo que vivimos en la marina fue muy agradable. Conocimos algunos vecinos quienes aparte de compartir cocktails en las tardes nos mostraban los detalles de sus espectaculares barcos.  Caminar por la marina admirando la belleza de las líneas de esas embarcaciones era un gran placer.

ICW SARASOTA 2

El resto del día 23 de diciembre lo usamos en atender nuestro barco: revisar sus amarras, las conexiones a tierra (agua, electricidad) limpiar la cabina y recamaras, baños, cocina, refrigerador, congeladora, las cosas de la Roberta Julia, y hacer compras para celebrar la Pascua al día siguiente. Visita al supermercado y a la farmacia que estaba solo a dos cuadras de la marina, comprar los diarios, recuperar el correo, recorrer en auto St. Armand, el centro de la ciudad, volver a descansar. Al anochecer algunos barcos estaban iluminados con guirnaldas de luces y motivos navideños. Una belleza.

ICW SARASOTA 3

Cenamos en el barco: salmón, arroz, coliflor, ensaladas, quesos, vino blanco y tinto. Y sobre todo hicimos varios brindis para celebrar nuestra larga travesía, su éxito, y recordar la gente que conocimos, los gratos momentos que tuvimos en diversas partes, la belleza de la flora y fauna que observamos, las ciudades y lugares históricos que visitamos, y lo bien que lo pasamos viviendo en armonía, agrado y curiosidad por dos meses, todas las horas del día juntos.  Esta era la primera vez que estábamos tanto tiempo junto y fue una prueba que nos confirmó la fortaleza de nuestro matrimonio. La Roberta Julia recibió también comida especial y la felicitamos por su excelente comportamiento y cariñosa compañía durante todo el trayecto.

Al día siguiente fuimos a ver el ballet Nutcracker al Van Wezel Center y luego a cenar a la Marina Jack. Terminamos el día en nuestro bote haciendo un brindis con champagne. Que buen final de nuestra travesía.