RESCATE DE LA LANCHA CHILOTA

Regata de lanchas chilotas. Calbuco. RESCATE DE LA LANCHA CHILOTA VELERA

(Esta propuesta fue enviada a todas las autoridades de la zona, directores de museos, y diarios regionales en 2004.)

            En la actualidad la lancha chilota clásica casi ha desaparecido. En principio queda apenas un puñado de ellas las cuales actúan más bien como una muestra de un pasado en el cual fueron estrellas. A través de la regata Velas del Sur, cada año, en el verano, algunas ofrecen al público su estampa marina: la Quenita,  Marisol del Carmen, Flor del Mar, Lily II, Kuyulche (ahora en el lago Villarrica), Alondra, Paulita y el Trauco.

         

   En los últimos años se han hecho esfuerzos por parte de las autoridades de Puerto Montt y Calbuco y de instituciones culturales y deportivas para motivar la construcción y restauración de estas lanchas usando técnicas, herramientas y materiales tradicionales. El objetivo de las autoridades es que estas lanchas chilotas vuelvan a ser parte del paisaje marino y admiradas por la comunidad, en especial la juventud, como un testimonio de las tradiciones y de la vocación náutica de la región y para recuperar este patrimonio cultural tan querido y añorado por el área del gran Chiloé.

La lancha chilota velera fue por cerca de doscientos años un medio de transporte y comunicaciones que estuvo en el centro de las transacciones socio-culturales de los que habitaron la zona del gran Chiloé. Esta embarcación hizo posible que los que colonizaron estas regiones pudieran llevar y vender sus productos, abastecerse en otros villorrios y ciudades, visitar familiares, socializar, traer y llevar noticias, contactar a los que proveían servicios médicos, religiosos, educacionales, civiles.

            Estas embarcaciones fueron construidas por colonos que eran agricultores y pescadores, que forzados por la necesidad, producto del aislamiento, debían construir estas embarcaciones a como diera lugar, aprendiendo por la observación, imaginación y práctica.

            Algunos dicen que estas lanchas se desarrollaron a partir de las dalcas, a las cuales los europeos agregaron gradualmente más capacidad de carga y elementos de navegabilidad.  Otros afirman que  desde su origen fue un modelo europeo traído por los primeros que llegaron a colonizar estas tierras, entre los que se cuentan holandeses y españoles. Hay quienes afirman que es un diseño de la Bretaña francesa. El hecho es que cualquiera que fuera su origen esta embarcación vino a resolver los problemas de sobre vivencia, adaptación y progreso en la región. Sin exagerar se podría afirmar, quizás, que estas lanchas fueron uno de los más importantes instrumentos que hicieron posible la colonización y desarrollo de estas tierras. Aún hoy estas lanchas, ahora en su versión motorizada, siguen prestando un servicio similar en los archipiélagos.

            Basta observar las fotos de los primeros años del siglo pasado, de los puertos y caletas de recalada de estas lanchas, como Angelmó y Calbuco, para sentir la tremenda red de intercambio social que existía entre los que las tripulaban y también con los que se encontraban en sus lugares de destino. En ellas se pueden observar a sus capitanes y tripulaciones muchas veces formadas por vecinos, amigos y familiares. Y también el movimiento que ofrecen las carretas y carretones llevando y trayendo los productos de las compraventas. Quizás estas eran las ocasiones en las que se formaban parejas, se visitaban parientes y amigos, se intercambiaba información sobre negocios, construcción y mantenimiento de lanchas, sobre lugares de abastecimiento, se ejecutaban los encargos, se iba al correo, se visitaba al médico, al cura. A la vuelta se llevaba de todo, especialmente noticias y novedades.

            Es justamente el hecho que esta lancha estuvo en el centro de todas estas relaciones culturales lo que la hace un valioso patrimonio histórico y cultural de la región. Su rescate va más allá de su mero valor náutico, como medio de transporte. Basta mencionar a los pintores locales que la inmortalizaron en sus cuadros, los escritores que le rindieron homenaje, los fotógrafos que dejaron su hermosa imagen grabada para siempre en libros, diarios, revistas y álbumes, los historiadores que resaltaron su importancia económica y social, los políticos en sus discursos, los poetas y escultores en sus obras, los turistas que se llevaron el recuerdo imborrable de Angelmó con su bosque de mástiles y velas.

            Por eso el rescate de la lancha chilota, como patrimonio histórico y cultural de la región debería hacerse en toda su extensión, en toda su humanidad, dentro de la cual resalta el chilote navegante y las familias de los colonos, quienes vivían en el silencio profundo de las islas que forman ese laberinto geográfico que me he permitido llamar el Gran Chiloé.

            A continuación presento algunas ideas las cuales son solo elementos para iniciar un diálogo sobre este asunto y para motivar a la acción a los que tienen alguna responsabilidad y deseos de colaborar en esta importante tarea.  Tengo entendido que han existido innumerables propuestas en este sentido las cuales sin conocerlas las reconozco en todo su valor, pues los que las propusieron tenían en el alma ese amor indescriptible y profundo por lo nuestro, por esas tradiciones marinas que consciente o inconscientemente están en las mentes de todo chileno, pues Chile es un país marítimo por excelencia.  No es mi intención el inventar la rueda sino mover voluntades para hacer de este proyecto una realidad.

            1. Primero habría que aclarar que este tema pertenece a los museos de la región, los cuales deberían ser el centro y motor de todas estas actividades.

            2. Para que este programa resulte la comunidad regional formada por empresas, servicios públicos, parlamentarios, autoridades regionales, ONGs, universidades y otros centros de estudios, y ciudadanos deberían apoyar esta labor.

            3. Es necesario crear una organización, quizás un “Centro de Amigos de la Lancha Chilota” o “Cofradía de la Lancha Chilota” que tenga la responsabilidad permanente de planificar, conseguir recursos, aprobar proyectos, hacer seguimiento, e informar a la comunidad sobre las actividades realizadas. Este centro sería el mecanismo de participación de la comunidad y el principal mecanismo de apoyo a los museos. Su directorio debería estar formado por representantes de alto nivel de la comunidad regional.  Es importante que esta Cofradía tenga representación en Santiago.

            4. Se debería considerar crear un fondo, auditable por la Contraloría General de la República o la superintendencia a cargo de auditar a las ONGs. En este fondo se depositarían y gastarían los recursos que se obtengan.

            5. La lancha chilota y su entorno cultural debe entenderse, además, como un recurso económico importante del sector turístico de la región.

            6. Actividades que se podrían emprender:

                        a)  Exposiciones permanentes en los museos regionales sobre la lancha chilota y su entorno cultural. Incluyendo: fotografías, diapositivas, videos, pinturas, modelos, interpretación escrita, documentos, artefactos.

                        b) Exposiciones en Santiago y en otras ciudades de Chile. Ídem a).

                        c) Conferencias con visitas a terreno. Salidas en lancha.

                        d) Promover que cada ciudad tenga una lancha chilota que las represente: Puerto Montt, Calbuco y Castro. Su mantenimiento podría hacerse con voluntarios.

                        e) Crear un muelle flotante en Angelmó para lanchas chilotas y otras lanchas representativas de la zona. Este muelle sería parte de los museos regionales y atracción turística.

                        f) Invitar a los colegios y a personas de la tercera edad a que visiten las exposiciones y conferencias.  Hacer programas especiales para ellos.

                        g) Invitar a la ciudadanía a ser parte o miembro de la “Cofradía de la Lancha Chilota”. Promover el trabajo voluntario entre los miembros y la ciudadanía en general.

                        h) Invitar a instituciones de vocación náutica a participar en este programa tales como clubes de yates, la Hermandad de la Costa, el Caleuche.

                        i) Invitar a sociedades de chilenos en el extranjero a participar en la Cofradía y a aportar recursos.

            7. Una actividad que merece párrafo aparte es la relacionada a invitar a los miembros de la ciudadanía de todo Chile que tengan fotos, revistas, recortes de diarios, libros, pinturas, dibujos, modelos y otros documentos que los presten a las museos para escanearlos, fotocopiarlos o fotografiarlos. Lo ideal sería que estos se donaran considerando que los museos podrían cuidarlos profesionalmente y usarlos para la educación y deleite de todos.  Lo mismo se puede decir de los artefactos como herramientas, herrajes, muestras de maderas, anclas, cabrestantes, mástiles, velas, timones, remos, varas, botes auxiliares y lanchas.  Los voluntarios podrían mantener y restaurar estos elementos.  Esto habría que hacerlo en forma de una campaña especial con los diarios de Chile.

            8. Debemos considerar que la lancha chilota fue paulatinamente derivando hacia una lancha con motor auxiliar y vela para luego abandonar estas últimas y transformarse  en los años 1970s en una lancha chilota totalmente motora.  Actualmente estamos experimentando  a su vez la desaparición gradual pero segura de estas lanchas chilotas motoras de maderas, la mayoría artesanales, por lanchas de fibra de vidrio o de acero.

            9. En el resto de Chile gran parte de los botes de caleta y las lanchas pesqueras semi industriales ya han hecho esa transición pero aún queda tiempo en la zona del Gran Chiloé para documentar todo lo relacionado con estas lanchas motoras de madera. Estas últimas incluyen: lanchas de pesca artesanal, lanchas de pesca semi industriales, lanchas de buceo, lanchas de acarreo, lanchas de transporte de pasajeros, botes y chalupas. Quizás se podrían agregar las barcazas que usan las salmoneras para servicios generales.

            10. Documentar estas lanchas incluiría, entre otros, hacer un levantamiento completo de todos los procesos y actividades relacionadas con su diseño, construcción y usos. Se debería destacar la documentación de las actividades humanas como las de los armadores, capitanes, tripulantes, astilleros, carpinteros, pescadores, cultivadores, técnicos, compradores, abastecedores.  Es importante documentar como estas lanchas influencian las actividades económicas, comerciales, sociales y culturales del medio en que actúan. Sin olvidar las actividades que impactan el medio ambiente, las relacionadas con la creación de puestos de trabajo y el ingreso familiar, las de apoyo al transporte de personas y productos entre las islas, las de atracción turística y las artísticas.

            11. Me parece que se debería darle a este programa la misma importancia que se le dio, en su oportunidad, al proyecto de rescate de las iglesias de Chiloé.

            12. Una vez que se conozca el interés por este proyecto será necesario formar el núcleo central de la Cofradía en Chile a fin de que se de inicio a este proyecto.

José Antonio Garnham Mahan

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